sábado, agosto 12, 2006

Teléfono Rojo

Recién hace algunos minutos ha llamado Pinhas desde el Asia menor o medio Oriente, no sé en que localidad se encuentra exactamente, tampoco se lo pregunté, pero se escuchaba tranquilo, se escuchaba “bien”, borracho sí, bastante.

Pienso en su calma aparecida luego de la resignación a la no sobre valoración a la vida, pienso en su calma de estar vivo ahí, en este momento, pienso en su calma a partir del sentimiento / pensamiento que se dirá a él mismo como para los demás:

“estoy aquí hoy,
vivo,
a salvo,
no me ha pasado nada,
en lo físico

mañana,
mañana será otro día,
no les puedo asegurar que pasará
solo pondré de mí.
Y si no,
y si no, no estaré no mas.

¡Mañana es mañana!,
¡Hoy es hoy!,
estoy en calma de vivir mi hoy”

Pinhas el siempre muy considerado con sus amigos, los llama desde la otra parte del mundo, donde se vive la vida al máximo y se muere también bastante.
El ha cedido de su tiempo ambiguo, así como el de cualquiera de nosotros, con la diferencia, que el de nosotros no está claramente amenazado, por intentar comunicarse con alguno de sus viejos camaradas de este pequeño país donde el pasó parte de su vida.

Ojala Pinhas que la historia se encargue de que te conviertas en un veterano de esta guerra en algún tiempo más.

Con respecto a esta guerra, yo pienso que ninguna guerra es buena a no ser que sea en casos de resistencia contra opresores o por razones realmente justificadas.

Por si alguien no entiende todavía el personaje y el contexto en donde se encuentra, para no repetir, le recomiendo que lea el post titulado Pinhas, que esta más abajo, que fue escrito tiempo antes.

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