domingo, junio 24, 2007

En Defensa de la Fe

Y como he venido haciendo en mi Blog, hoy me defenderé de una crítica hecha por un amigo, efectuada este pasado viernes, en un carrete. Considérese también la embriaguez del acusador.

La crítica consta del cuestionamiento de mi postura a no prestar mis libros, por ello se me acusa de falso budista y mala persona, en ese aspecto.
Cita él al mismísimo Buda en su famosa frase: “Yo no quiero para mi, lo que no sea para todos”


Parto mi defensa con la exposición personal de creer que la posesión material es una mierda y que mientras menos tiene uno, más feliz es.

Acepto que no soy un verdadero budista, que no puedo serlo, por mi amor a la Poesía. Que mi vida dedicada a la Poesía no es compatible con la exigencia al 100% que reclama cualquier religión bien llevada.
Y que la posesión de libros se sale del budismo y entra en la religión pagana de la Poesía.

También he tenido malas experiencias prestando libros. Lo qué comúnmente me ha pasado, es que los devuelven luego de mucho tiempo, aludiendo de que cada vez se les olvida llevárlo, y además me los traen en mal estado, dejando en evidencia que no lo han cuidado muy bien.
Para mi, como regla interna, -aunque ya no se podría aplicar-, los libros se deben devolver en no más de 2 semanas, después ya sería mucho. Intento yo también cumplirla.

Y mi última defensa, la menos fuerte, pero bastante personal y sincera. Yo me ahorro el dinero que otros gastan en alcohol, marihuana y cigarrillos, para poder así comprarme mis libros. Creo que ésta es una opción valida y no debiese ser criticada.


Finalmente concluyo dejando en claro, que a mí no me ha salido fácil tener la biblioteca que tengo y que he luchado en el tiempo por lo que quiero. Por otra parte sé, que está mal no prestar los libros, pero también sé, que yo no tengo ningún deber estar prestando mis cosas a personas que sé que no significa lo mismo, que para mí, el cuidado y los tiempos de devolución.

jueves, junio 21, 2007

Tetera

la tetera chilla
la tetera sufre
porque en su corazón
hirviendo un amor
no correspondido