miércoles, septiembre 03, 2008

Micro-Cuento Descartado para Santiago en 100 Palabras

Saqué la naranja del árbol y justo salió la señora de la casa, salí corriendo aunque igual pude escuchar sus gritos.
Pasada la esquina la empecé a descascarar y me la fui comiendo hasta llegar al metro. Con las cáscaras en la mano me subí al tren que llegó justo cuando bajé al andén.
En el interior del carro me encontré con el esposo de la señora dueña del naranjo, me quiso saludar, yo me puse nervioso, le di la mano y le dejé la suya llena de cáscaras, le dije gracias y me bajé en la próxima estación.