Se nos escapa el verano, ya sentimos un vientito fresco que hace bailar nuestros huesos, también la presencia inminente del otoño, y el comienzo de nuestras clases en la universidad.
Oscurece más temprano, el sol hace menos daño, una brisa desenreda el rulo y todo se ve más apagado.
Las caras se apagan, las mujeres se tapan, los lentes de sol se guardan, la paranoia revive.
Responsabilidades llenan tu cabeza, tu cuerpo se maneja a los son la cotidianidad, te empiezas a probar tu traje estructural, un nuevo año empieza, hoy en marzo.
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