viernes, abril 12, 2024

sentido único

Los poemas, los mejores, siempre albergan un resto que ninguna lectura puede resolver. Es por eso, además, que los versos que terminan gustándonos y con los que finalmente nos quedamos no los entendemos del todo

Mario Montalbetti


De niño, yo atesoraba lo que no entendía, lo que quedaba sin explicación, la gema rara que brillaba en medio de la granja trivial de lo claro y sabido

César Aira


al final

todos queremos

que nos expliquen

el poema


no nos basta

con la interpretación

personal


queremos saber

si tiene

un sentido único

universal

intentar comprender

el texto

en todas sus dimensiones

acabarlo


por eso

es que llegamos a él

a través

del intelecto

razón

en vez del sentimiento

como tantas veces

nos enseñaron


*


pero el poema

no se deja entender


o

la interpretación aparente

no es la única válida


el poema siempre

se quiere escapar

del sentido 

que le demos


el buen poema

como un ser vivo

no se contenta

con una sola

definición


que se haga      la vida

el arte

no tiene    un sentido

una misión

necesariamente

de por sí


Los versos que entendemos completamente nos decepcionan. Los versos, que el poema somete para hacerlos expresar un contenido unitario, se rebelan. Los versos que apreciamos, los versos con los que nos deleitamos, aquellos con los que a fin de cuentas nos quedamos, contienen siempre un resto indomesticado. Y no porque sea uno de esos versos metafísicos mayores: yo mantengo conmigo, por ejemplo, este verso de Roger Santiváñez: “Muchachas palteadas por las puras”. Y lo mantengo porque lo entiendo a medias, porque tiene un resto que no logro cerrar y que por ello mismo se mantiene vivo, reacio a la servidumbre de un significado impuesto desde afuera

Mario Montalbetti


Un poema no es un sudoku. El poema persiste luego de cualquier interpretación. La interpretación solamente debe cuidar la tensión de la cuerda entre la materialidad de la obra y el resto innombrable. Una interpretación solamente de banal no hará sino destensar la cuerda; una interpretación excesiva no hará sino destruir la cuerda. En ambos casos, la obra en cuestión persistirá, pero la cuerda, cuya tensión es la que genera algo que nos atrevemos a llamar belleza, se habrá perdido inexorablemente

Mario Montalbetti


Solamente seduce aquello que no significa nada. Los motivos paradigmáticos de la seducción siguen exactamente estas líneas: una mirada, un perfume, el movimiento de un animal son capaces de seducir solamente en su a-significatividad

Mario Montalbetti

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