18 de Diciembre, día especial. Domingo perfecto, aunque como no existe lo perfecto; Domingo no-Perfecto, pero igual bueno.
Comenzó con una fallida reunión de grupo, aunque por lo menos llego uno (fuera de mí), algo hicimos
no sé él,
aunque creo también,
lo pasamos bien.
Hicismo sus heas locas; incontables para el imaginario colectivo pues, van más por el lado “intelectual” que físico.
(Fuera de todo esto, lo impórtate vivido –para mí- este día fue lo que me ocurrió Cósmicamente; ese proceso, ese cambio que uno recibe y que te demuestra que algo acabo y que algo comienza, aunque en mi caso tan solo me demostró la esperanza.)
Hace mucho tiempo que no me arriesgaba como lo hice hoy,
Hace mucho tiempo que no hacia de correr el riesgo mi filosofía,
Y hace mucho tiempo que no me sentía tan vivo como hoy.
(A amigos se lo he dicho en algunas oportunidades, que a mí me gusta correr el riesgo en la vida, no me gusta asegurarme demasiado, ni menos perderle el peligro a los desafíos.
Es que este ultimo tiempo, no he hecho caso a lo que dije tiempo atrás y he vivido una vida segura, fuera de peligros y por ello aburrida, rutinaria y plana. Cosa que me a estado retrayendo más en mi relación con el exterior y ha reafirmado algunos campos difíciles para mí, aunque a la vez perdiendo mucho, por no tener la capacidad de hacer dos cosas a la vez bien. Una gran limitación, por tener apenas una concentración localiza.
Ósea en pocas palabras; no he reencontrado el valor para jugármela por todas las cosas que en la vida están con riesgos, que como se sabe, son las más importantes.)
Nos la jugamos todo en esta ultima carta, disparamos a una sola bala y le apuntamos, saltamos en el momento preciso para salvar nuestras vidas... Así fue como sentimos este acto poético realizado en el momento preciso cuando debió ser hecho. Y así lo hicimos
dejamos pagando a ese weon (el mesero)
y nos fuimos corriendo.
3 lukas setecientos tan solo,
no lloris’ más
sí no nos vay’ a volver a ver
en un buen tiempo más
(por ahí)
(Hicimos perro muerto y nos fuimos corriendo; Rodrigo, Víctor y Yo; un acto poético [...] Nos alimentamos de vida, nos sentimos mucho más vivos y corrimos el riesgo de hacer algo maravilloso.)
FIN
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