Ocurre un problema cuando las agrupaciones nacidas espontáneamente, con el tiempo o por otros factores, se empiezan a establecer creando estándares.
La fuerza principal toma forma de punta de lanza y hace o intenta hacer marchar a todos los individuos de la agrupación hacía un solo lugar, dejando de representar las distintas visiones que antes se podían simultáneamente abarcar, perdiendo así su carácter democrático, integrador y heterogéneo.
Cuando se regulariza una dirección o conducta los individuos pierden la noción de la importancia de su propia personalidad para con el grupo, sintiendo que la institución toma un rumbo fijo aunque ellos puedan experimentar cambios.